viernes, 2 de octubre de 2009

Elsa Sánchez de Oesterheld prologó el nuevo libro de Néstor Elias


ELSA SANCHEZ DE OESTERHELD/NÉSTOR ELIAS

PRÓLOGO/LOS PIES EN EL BARRO.DIÁLOGOS EN EL PUEBLO Q'OM

Los Pies en el Barro; título atrapante que sugiere desde el comienzo de su lectura que nos encontramos con algo que no sólo sorprenderá al buen lector sino que le despertará la necesidad de leerlo hasta el final buscando descubrir el contenido mágico que entrelaza la mirada de culturas distintas que se encuentran en el dolor de su historia. Historia armada desde aquellos primeros seres humanos increíbles que lograron organizar sus poblaciones, sus luchas y su esencia, apoyados en una inteligencia imposible de imaginar por quienes estamos acostumbrados a las complicaciones del mundo moderno. Lo han hecho desde la nada. Solos, dentro de paisajes montaraces que los hicieron sentir madera a veces, agua de río otras, animales y frutas, alimento. Allí ellos descubrieron que podían crear su propia voz y emitir señales hasta escuchar sus voces logrando crear un lenguaje ancestral. Y siguió la música y la alegría. También sus tristezas conectaron el cielo y la tierra. Descubrieron que tenían una vida con raíces y su pertenencia de la tierra. Tenían su identidad.
Esta historia inicial fue cambiando en los años, los organismos sociales perdían sus derechos, se les arrasaban sus espacios y la tierra nunca volvió a ser de quienes la cuidaron y la trabajaron. Nada fue igual desde entonces. Se consumó la conquista y les arrebataron la identidad.
Después de mucho tiempo todo está volviendo a cambiar. Los tobas buscan su lugar en esta sociedad contemporánea, buscan reencontrar su lugar, lanzar al futuro sus miradas y costumbres para mostrar que es en la diversidad de las culturas donde se encontrará el hombre de cara a su propio destino.
Los descendientes de los conquistadores no supimos comprender. Nos alejamos de los verdaderos dueños de estas tierras, de sus comunidades indígenas y así nos fue. Algunos no quisimos ver o no supimos, que importa hoy, que de alguna manera a nosotros también nos pasa lo mismo. De una u otra forma nos arrebataron la identidad. No lo hicieron sólo con aquellos que han caído víctimas directas del Terrorismo de Estado, lo hicieron con el colectivo social porque los Derechos Humanos son de todos, en ellos radica el derecho a la vida con dignidad, con justicia. Y que nadie se confunda, dicho derecho no puede ser arrebatado por nada ni nadie, bajo ninguna circunstancia. Ese dolor nunca cesa. Creánme, que sé de que les hablo…
Me siento abrumada ante la realidad que me produce leer el libro de Néstor. Los pies en el barro nos confirma, una vez más, el fracaso de imponer culturas sin respetar ni comprender el espíritu de sus pueblos, sus necesidades de arraigo a la tierra y sus costumbres, lenguas y sentimiento religioso, en fin todo lo que compone la vida de su gente.

Elsa Oesterheld en el bar de La Tribu con Néstor, Ala y Pamela/Troyanos del Sistema

La realidad que presenta este trabajo es impactante y me avergüenza confesar que recién llegué a conocer algo de nuestras comunidades indígenas del continente a mis cincuenta años. Fue a partir de circunstancias vitales que me obligaron a conocer un mundo hasta allí desconocido para mí. Por entonces, la barbarie que asoló a nuestro país entre los años ’76 y ’83, me permitió comprender que se podían silenciar todo tipo de atrocidades y así tomar conciencia de lo que nos pasaba como sociedad, los increíbles abusos, crímenes, desapariciones de personas sin que muchos supieran nada. Y esto en todo el continente. Así fue como ante la impotencia de ver desaparecer a nuestros hijos,
con la complicidad del “no te metas”, las mujeres decidimos unirnos para pedir ayuda, primero a aquellos que suponíamos responsables de tal situación pero fue en vano, después al conjunto de la sociedad.
En lo personal aprendí de esta experiencia, que no debía quedarme paralizada en mi dolor y desolación sino que debía juntarme con otras madres y abuelas para trabajar en la búsqueda de nuestros seres queridos desaparecidos. Fue gracias a dicho trabajo que pude asistir a diversos eventos sociales desarrollados en países de América Latina y el mundo, donde algunas comunidades indígenas se presentaban para llamar la atención sobre la situación de precariedad y dolor a los que eran sometidos dichos pueblos.
Por ese entonces la solidaridad internacional era total con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Fue cuando se pudo avanzar en la constatación de la prueba indispensable que necesitaba la justicia para tomar resoluciones inequívocas. El descubrimiento del ADN y la consecuente ley que habilitó a los jueces a utilizarlo como instrumento de juicio. A partir de allí empezamos a rescatar a nuestros hijos y nietos secuestrados en los años de plomo en nuestro país.
Muchos seguimos empeñados en esa tarea hasta encontrarlos a todos y poder darles una vida libre de mentiras permitiéndoles reencontrar su legítima identidad.
Actualmente, en lo personal, reconozco que ya no tengo la energía que tuve, pero si la necesaria para transmitir la fuerza que hace falta para tomar compromiso y trabajar por todos aquellos que sufren. Debemos informarnos y obligarnos a actuar frente al atropello y el silencio que padecen las comunidades aborígenes de nuestra región.

Néstor Elias, después de años de un trabajo que se me antoja maravilloso, nos ubica con valor en ese rincón del mundo donde alguna vez el olvido y la desolación terminaron por llevarse lo que no se llevó la ambición desmedida y la desidia. Con los pies en el barro, literalmente, el autor aborda diálogos directos y simples con distintos referentes de la comunidad Q’om, con toda la sabiduría que brinda la autenticidad. Creo que será absolutamente indispensable leerlos con atención y gusto por aprender. Por ellos y por su futuro. Por nosotros y por todos los que nos siguen en esta lucha inclaudicable para ejercer el pleno derecho a conocer la verdad y exigir que la tan necesitada justicia alcance a todos.
Nadie expresa mejor el contenido de este libro que nuestro querido Osvaldo Bayer, al dar su opinión sobre este trabajo; “Este libro nos lleva de la mano a un país increíble. Al país de las selvas y los ríos, habitadas por seres humanos con el hermoso color de la tierra…”
¡Como le envidio a Osvaldo su capacidad para definir la belleza viva!

La vida es desde su alumbramiento LA VIDA y LA VIDA MISMA, son TODOS LOS DERECHOS HUMANOS.
Gracias Néstor por darme la oportunidad de leer este libro y participar con estas simples líneas. Es mi conciencia quien te lo agradece.

Elsa Sanchez de Oesterheld.
Abuela de Plaza de Mayo.

2 comentarios:

  1. una belleza indescriptible!!! No sé como lo lograste pero que Elsa te prologue el libro es un gran mérito tuyo y un seguro espaldarazo para este trabajo tan sentido para vos. La mejor de las suertes

    Sebastián

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  2. quiero un libro!!!
    Jorgelina

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